11 / 11 / 2024
Desde el Acuerdo de Paris, en 2015, la ecologización del crecimiento económico se ha transformado en un tema clave para los gobiernos. En ese contexto, Aldo Madariaga, académico de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, se adjudicó el proyecto Fondecyt “La política del crecimiento verde en América Latina: desarrollo financiero, redes de expertos y poder empresarial” (2024-2028). “Existe consenso en que el mundo necesita cambiar la manera de producir y consumir por una que se haga cargo de la actual crisis ambiental”, indica el investigador sobre su tema de estudio.
El proyecto analiza los factores políticos que impulsan la adopción de las finanzas verdes en América Latina. “Tras el acuerdo de Paris suscrito en 2015, los países se comprometieron a hacer reducciones de sus emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar el cambio climático y adaptarse a las consecuencias inevitables del calentamiento global. Para ello se necesitan cantidades enormes de recursos financieros y buena parte de los esfuerzos están dirigidos justamente a canalizar esos recursos financieros donde más se necesitan. A esto es lo que se le llama finanzas verdes o finanzas climáticas”, explica el investigador.
¿Qué es lo que lo motivó a realizar esta investigación?
América Latina ha recibido una porción muy bajita del total de finanzas verdes que están circulando, mucho más baja que el peso de sus economías en la economía mundial o que el peso de sus emisiones en el total planetario. Además, al interior de los países de América Latina, hay una variación importante en términos de cuánto han recibido los países, que no está relacionada con el tamaño de su economía o con sus necesidades de descarbonización. Entonces, ahí hay un patrón interesante de develar: primero, exactamente cuánto han recibido los distintos países en finanzas verdes y cuáles son los principales instrumentos, ya sea si son bonos de gobierno o de empresas, son préstamos, son transferencias de fondos multilaterales, etc.; y luego, qué tipo de regulaciones han desarrollado para atraer esos fondos y, por tanto, cuáles parecieran ser más efectivas. Por último, y como resumen, qué factores afectan la capacidad de los países de atraer finanzas verdes.
La metodología del proyecto, en su fase cuantitativa, incluye la creación de una base de datos abierta al público, con información sobre la penetración de finanzas verdes en 12 países de América Latina. Este aporte es inédito, ya que no existen bases unificadas sobre regulaciones para captar finanzas climáticas. “La idea es poder hacer un análisis estadístico de los factores que influyen en la penetración de finanzas verdes y qué tipo de regulaciones han sido más efectivas. La fase cualitativa implica la realización de entrevistas en tres países (Chile, Brasil y México) para comprender mejor la relación entre sectores empresariales y expertos en finanzas al momento de diseñar la regulación sobre finanzas verdes”, añade Madariaga.
La hipótesis del trabajo plantea que las regulaciones y la atracción de finanzas verdes dependen de la influencia de los sectores económicos más contaminantes y de la capacidad técnica en materia financiera. Los resultados de este proyecto apuntan a comprender la manera en que se diseñan las políticas y pensar formas de anticipar dichas influencias para hacer más efectivas las estrategias y normativas.
“Estos procesos, aun cuando intervengan técnicos, nunca son del todo técnicos y siempre hay intereses en juego. Por eso es muy importante, más que hablar de una diferencia entre políticas hechas con técnicos o no, más bien comprender qué tipo de intereses han influido más en el diseño. Esto permite también explicar los resultados de esas políticas”, plantea el académico UDP.